martes, 25 de enero de 2011

Dos cuerpos de alfiler se pinchan sin frenos.

Tus manos y tu voz. Al centro de la tierra. Con todas las canciones y los sueños. Y las peleas por encontrar fugaces las estrellas. Y tus ojos. Sin duda alguna, tus ojos. Quiero que aparezcan en mi desayuno. Y todo lo que eres y lo que seras. Para la cena, lo que seremos juntos. Y tu piel y tu risa. La que finges y la que estalla.Quiero las dos. Y tus lagrimas. Las que te esfuerzas por ocultar. Las que no tienen remedio. Las mias. Nuestros paseos lunares cuando cae el sol. Tu cuello en mis ojos. Tus labios. Tu adios.


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